El presidente Javier Milei regresó de su viaje relámpago a Estados Unidos sin ningún resultado concreto ni reuniones oficiales con autoridades norteamericanas. La visita, financiada con fondos públicos, tenía como objetivo central conseguir una foto con Donald Trump en la Conferencia Conservadora (CPAC), pero ni siquiera eso logró.
Javier Milei aterrizó nuevamente en Argentina tras participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en Maryland, Estados Unidos. El evento, organizado por sectores de ultraderecha ligados al trumpismo, fue el único punto en agenda del mandatario argentino. Lejos de lograr acuerdos económicos o diplomáticos, el viaje culminó sin ningún tipo de beneficio concreto para el país.
El objetivo principal, según reconocieron fuentes del entorno presidencial, era conseguir una foto con el ex presidente Donald Trump para reforzar la imagen internacional de Milei ante su base electoral. Sin embargo, no hubo saludo, ni encuentro, ni siquiera una selfie improvisada. Trump evitó cualquier contacto con Milei durante el evento.
Desde el entorno de Cancillería, fuentes off the record calificaron el viaje como “un capricho personal sin utilidad diplomática”. Incluso algunos referentes del PRO, socios del oficialismo, reconocieron con molestia que “se gastó plata del Estado en un show de campaña ajena”.
El analista internacional Mariano Beldyk afirmó en diálogo con el médio de comunicación Primereando:
“Es preocupante que un presidente haga diplomacia exterior para alimentar su perfil en redes sociales y no para generar inversiones o fortalecer lazos institucionales. Fue un viaje vacío de contenido”.
Según datos oficiales, el gasto total del viaje —entre pasajes, logística y viáticos— ascendió a más de 50 millones de pesos. Todo para asistir a un foro de extrema derecha sin ninguna utilidad para los intereses argentinos.
No es la primera vez que Milei utiliza sus giras al exterior como plataforma personal. Ya lo había hecho en España, Israel y Suiza, donde participó de foros ideológicos pero sin obtener resultados concretos para el país. A esto se suma el fuerte ajuste económico y la crisis social interna, lo que genera indignación entre amplios sectores populares que perciben la desconexión del presidente con la rrealidad.
Milei vuelve a Argentina sin acuerdos, sin inversiones, sin respaldo político internacional y sin la codiciada selfie con Trump. Un nuevo papelón diplomático que deja en evidencia el vacío de su política exterior y la improvisación con la que se maneja su gobierno.
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