Mientras una nueva variante del COVID-19 comienza a propagarse a nivel mundial, Argentina enfrenta esta amenaza sin acceso directo a información ni asistencia internacional tras su salida de la OMS.

Mientras el mundo enciende alertas por la aparición de una nueva variante del coronavirus —la NB.1.8.1—, nuestro país enfrenta este escenario con un dato alarmante: ya no forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), luego de la decisión política del presidente Javier Milei de retirarse de este organismo clave para la salud pública global.
¿Qué se sabe de la nueva variante?
Esta variante, descendiente de la recombinante XDV.1.5.1 y relacionada con la familia ómicron, presenta mutaciones en la proteína Spike —como T22N, F59S, G184S, A435S, V445H y T478I— que podrían aumentar su transmisibilidad y capacidad para evadir parcialmente la inmunidad generada por infecciones previas y vacunas. En particular, las mutaciones en las posiciones 435, 445 y 478 están asociadas con mayor facilidad para infectar células humanas y cierta evasión inmunológica.

Sus principales características:
Mayor capacidad de contagio.
Potencial evasión a defensas inmunes.
Síntomas similares a otras variantes: fiebre, tos, congestión, dolor de garganta, fatiga y dificultad para respirar.
Las vacunas siguen protegiendo, pero se están adaptando nuevas fórmulas para combatirla.
Ya se registraron casos en Estados Unidos, Australia, India, China y buena parte de Europa. Por ahora, no se han confirmado en Argentina, aunque no hay información precisa ni acceso a redes globales por la ruptura con la OMS.
¿Por qué Argentina está afuera de la OMS?

En febrero de este año, el gobierno de Javier Milei decidió de manera unilateral y sin debate público retirarse de la Organización Mundial de la Salud, siguiendo los pasos de figuras como Donald Trump. El argumento oficial fue que la OMS “interfiere en la soberanía sanitaria” y tiene “cuestiones ideológicas”, lo cierto es que queda expuesta la vida de los Argentinos.
¿Pero qué implica esta decisión?
Perdemos acceso directo a información crítica y temprana sobre nuevas enfermedades.
Se corta la colaboración con programas de vacunas y planes de respuesta a pandemias.
Nos deja aislados frente a amenazas sanitarias globales.
Esto no es un detalle menor: hablamos de la entidad más importante del planeta en materia de salud pública. Quedar afuera pone en riesgo a millones de personas, sobre todo a los sectores más vulnerables, que son siempre los más golpeados cuando el sistema de salud no da abasto.
¿Qué puede pasar ahora?
Argentina dependerá únicamente de su capacidad de vigilancia epidemiológica, que ya viene debilitada por los recortes.
No podrá participar de decisiones globales ni recibir alertas prioritarias sobre nuevas amenazas.
Se verá limitada para acceder a programas internacionales de asistencia sanitaria.
En un contexto donde una nueva variante de COVID empieza a circular y ganar terreno, el aislamiento sanitario no es sólo una política equivocada, es una amenaza directa a la salud del pueblo argentino.

¿Qué podemos hacer como sociedad?
Exigir al gobierno que revise esta decisión y restablezca vínculos con los organismos internacionales.
Mantenernos informados por medios responsables.
Continuar con los cuidados básicos: vacunarse, usar barbijo en espacios cerrados si hay síntomas, y evitar la desinformación.
Fuentes consultadas:Organización Mundial de la Salud y Health Policy Watch.
- Con Argentina fuera LA OMS alertó que una nueva variante de COVID se propaga por el mundo.
- Kicillof lanzó su “Movimiento Derecho al Futuro” y exigió a Milei la devolución de los fondos.
- Avanza el caso $LIBRA: el fiscal pidió las líneas telefónicas de Javier Milei y una corte de Nueva York congeló u$s110 millones.
- La SIDE vuelve a espiar a la sociedad: un retroceso grave para la libertad en Argentina.
- Servicio Militar para la juventud: Otra vez el humo: “Milei relanza una propuesta que esquiva lo urgente”.